La palabra “postura” a menudo recuerda «sentarse recto», pero eso no es de lo que estamos hablando aquí. Hablamos de posturas persistentes que tendrán un enorme impacto en la vida de las personas con discapacidad motora ¡y no para nada bueno! La mayoría de nosotros damos por sentado la elección de la postura en que estamos, pero este no es el caso de personas con movilidad reducida. Cuando tenemos la capacidad de controlar nuestro cuerpo contra la gravedad, optamos por cambios posturales y asumir y mantener todo tipo de posiciones, podemos echarnos hacia atrás para relajarnos o sentarnos erguidos mientras trabajamos, ¿pero que pasa con los que no tienen esa opción?
La capacidad limitada para moverse se complica cuando interviene la gravedad. Esto es cierto no sólo para los que se mueven poco o nada, sino también para personas con movilidad reducida debido a las irregularidades del tono muscular, deterioro sensorial, mala coordinación, contracturas articulares y otros factores. Cuando uno no se puede mover fácilmente y/o con frecuencia, la gravedad y el tiempo se convierten en el enemigo.
Cuerpo con desequilibrio
Las leyes básicas de la física y nuestra propia experiencia nos enseñan a estar en equilibrio y con una buena estabilidad cuando los músculos se contraen por igual y son capaces de estirarse, sentarse, estar de pie… Por lo tanto estamos en condiciones de vivir nuestras vidas y poder hacer todo aquello que tenemos que hacer. Pero las personas que necesitan posicionamiento y dispositivos para la movilidad tienen que luchar contra estas fuerzas biomecánicas. Pierden la batalla demasiado a menudo contra la gravedad, y el resultado a largo plazo es una forma desequilibrada y compleja del cuerpo.
Cuando la postura corporal es desigual lo llamamos asimetría. Contrarrestar con movimientos y posturas en la dirección opuesta no es malo, incluso es importante en según qué función – todos usamos asimetrías posturales para ciertas actividades. El problema se presenta cuando una persona pasa muchas horas a lo largo de semanas, meses o años en la misma postura sin capacidad o asistencia para moverse a una mejor simetría.
Movimiento distorsionado y limitado
Cuando esto sucede, el cuerpo de una persona lenta e inexorablemente cambiará de simetría a la distorsión del esqueleto. Puede ser tan gradual que la progresión hacia la escoliosis, caderas dislocadas y un pecho aplanado sea imperceptible al día a día hasta que es tan obvio que no se puede ignorar. Para entonces la salud de la persona ya está comprometida y la cirugía es considerada como la única alternativa. Con el tiempo los niños que nacen con cuerpos simétricos, se convierten en adolescentes y adultos con cuerpos dolorosos y distorsionados que limitan sus actividades diarias. Para la mayoría esto ocurrió aun teniendo amplias oportunidades con terapias, equipamiento y otras intervenciones.
Posicionamiento 24 horas
Proporcionar una variedad de opciones de posición y movilidad durante todo el día fomenta la salud y un estilo de vida activo para las personas con discapacidad, pero ¿qué pasa por la noche? Los estudios han demostrado que los niños con parálisis cerebral se mueven menos por la noche en comparación con los niños con un desarrollo típico. ¿Qué está pasando con sus cuerpos mientras duermen en posiciones torcidas toda la noche? Nos falta una pieza crucial del rompecabezas si no tenemos en cuenta estas horas y no nos preocupamos de ello. Veinticuatro horas de cuidados posturales es una forma suave y no invasiva para proporcionar la base que cada persona necesita con el fin de desarrollar y/o rehabilitar a su mejor nivel funcional, una forma del cuerpo equilibrada y simétrica.